Más allá de la ciencia ficción pasaron los años en paralelo en el que en efecto la ciencia investigaba, probaba y aplicaba la inteligencia artificial en distintos aspectos que hacen funcionar al mundo, sus mercados y gobiernos dentro y fuera de nuestro conocimiento; a nivel médico, industrial, bancario, agrícola y un extenso etc; al punto en que llegó el momento que era más que un secreto a voces que nuestros aparatos nos escuchan, registran cada decisión que tomamos con un click, y trazan una ruta lógica y futura a partir de nuestros gustos (públicos y privados) para sugerirnos que consumir en todos los sentidos, sin tomar en cuenta el caos propio de humanos que pueden pasar de escuchar Queen a los Backstreet Boys en un santiamén.
Nos encontramos ahora en el siguiente nivel, el acceso público de la inteligencia artificial, para cualquier tarea, al alcance de cualquier persona, desde creación de textos, imágenes, clonación de voz y prácticamente lo que se te ocurra, estamos a poco tiempo que el límite solo sea el mismo de la literatura, la imaginación. Es por eso que su utilización depende totalmente del menos común de todos los sentidos, el sentido común, nuestra brújula moral individual. Es crucial entender que lo que comúnmente llamamos inteligencia artificial es esencialmente inteligencia humana aumentada. La IA carece de conciencia, de capacidad para las experiencias sexuales y de la habilidad para sondear las profundidades del alma. No posee los deseos, las aspiraciones, el hambre o la sed que impulsan la existencia humana. En cambio, la IA es un algoritmo excepcionalmente inteligente. Sin embargo, la vida no puede reducirse a un mero algoritmo, y está herramienta y su uso dependerá de quién la maneje.
A lo largo de la historia, cada nueva tecnología ha traído consigo su propio conjunto de riesgos y desafíos. Por ejemplo, el descubrimiento del fuego supuso el riesgo de quemaduras y diversas catástrofes relacionadas con las llamas. Del mismo modo, la invención de la rueda llevó a la creación de los coches, que a su vez provocaron accidentes de tráfico. Así pues, ninguna tecnología está exenta de riesgos, porque en ella se encierran los efectos benignos, los accidentes sin malas intenciones y la malicia sistemática. Es parte del juego evolutivo, una ruleta, botón por apretar que podría destruir el mundo o una balanza estilo Ying Yang.
Otro dilema o preocupación, es la pregunta: ¿Podrían los asistentes virtuales y otras entidades potenciadas por la IA, como los chatbots, sustituir muchos puestos de trabajo?. En mí opinión, si en materia de labores repetitivas, pero por el contrario, en áreas más complejas, podrían liberarnos de tareas mundanas y netamente físicas, dándonos más tiempo libre para explorar búsquedas espirituales y creativas. Obviamente teniendo en cuenta como dije antes, todos los escenarios y enfoques, buenos y malos. Aunque el desplazamiento de puestos de trabajo es una posibilidad, también podría dar lugar a nuevas formas de prosperidad en el mundo.
Todos ansiamos sorprendernos, vernos reflejados en pantalla, y nadie se verá por siempre representado si siempre son los mismos personajes y las mismas historias, arquetipos y estereotipos, todos cambiamos, nadie vivo se queda estático, porque el movimiento es vida y la muerte lo contrario. Por mucho que la inteligencia artificial escriba, cree falsas fotografías o lo que se te ocurra sin que ni un experto en el área respectiva sepa la diferencia, sólo será la imitación del estilo de alguien más, de una creación anterior, de un clásico, porque lo clásico no es viejo, es solo lo digno a ser imitado, y una inteligencia sin un humano que siente, piensa y experimenta detrás, no podrá crear un clásico instantáneo, porque hace falta imaginación y criterio, una para sumar y una para restar, porque sin una, la otra no sabe cuándo parar o con que trabajar.
"La creatividad es una necesidad, no un lujo"
Es por eso que entendiendo los riesgos, las posibilidades y los desafíos, abrazo la inteligencia artificial para seguir creando sin usarla como muleta sino como trampolín, sin olvidar que ningún ChatGpt reemplazará mis versos, pues salen de lo vivido, de lo celebrado, sufrido y de tantos sueños, porque el arte es alimento. La ciencia, las reglas y las certezas dan estructura a la existencia pero sin la comida literal y creativa, nada tiene objeto.
Asi que ahora sumado a Rodriguezfenix inicio un nuevo proyecto, RRContent (Relative Realism Content ) contenido de realismo relativo, porque así como la libertad es una de mis máximas junto al balance, también les acompaña la noción de que las certeza al igual que el control es una ilusión, la realidad como el tiempo está lleno de relatividad, está orientado, sujeto y definido por puntos de vistas, contextos, conocimientos e intenciones; y como demostró la ultima película de Christopher Nolan, Oppenheimer hay dos verdades: la artesania humana en su máxima expresión siempre sentara a gente en butacas y de buenas intenciones se hacen cosas atroces, porque mas importante que responder el como hacer algo es preguntarse si debe hacerse, y en este caso, mas que nunca, la Creatividad e inteligencia artificial son las dos caras de una misma moneda, en la economía actual, la economía de la atención.