-Mami, Papi, lleguen ya, venganme a buscar. Diosito, por favor, se que están lejos, pero transportarlos a esta casa. Haz tu magia, te lo pido.
Cerró los ojos y lágrimas se escapaban de sus párpados ahora empapados. Arrodillado en la oscuridad de aquel clóset cerrado.
-¿Y la tortuga ninja de mamí?. Pudo escuchar a lo lejos el niño totalmente incrédulo. Era la voz de su madre que junto al rumor de la de su Padre saludando a sus tíos.
El niño se limpió el llanto y arreglo su ropa para salir a la puerta de la casa donde se encontraba. Se había cumplido su diminuto pero salvador milagro. Sus padres en efecto habían llegado de viaje.
-Bendición mami bella, llegaste!!!.
-Claro que llegamos, no podíamos extrañarte más (le confesó a Rafael su madre, luego de abrazarlo mientras ella veía a su hermana quien se reía de la desesperación y para ella dramatismo de su sobrino)
-Dios me escuchó Papi. Pensé que no, pero definitivamente lo hizo.
-Él siempre te escucha incluso cuando crees que no campeón
El papá de Rafael acaricio el cabello de su hijo quien se había librado de cualquier miedo y dolor.

Diálogos extraviados, textos dados por perdidos y poemas inconclusos, forman parte de esta antología de historias inconexas sin la ambición de ser más allá de lo que son. Ideas sinceras como heridas abiertas.
Hay amores que van más allá de las décadas
De esos que atraviesan la línea entre las mitades de un siglo
Se mezclan los sonidos y los silencios con los sacrificios, hijos y nietos
Viajes, triunfos y una casa que existe dónde quiera que estén juntos
Una unión que merece brindis y mil bendiciones, entre todos los que los amamos y nos inspiramos
Con solo verlos. R.R.R.
Hay algo peor que la rabia, el duelo y el desasosiego.
Se llama decepción. De allí no se vuelve. Es el dolor después del dolor, es la nada.
Es el final sin adiós.
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